sábado, 14 de julio de 2007

Ante todo mujer

Cada vez que escucho a alguna de mis amigas quejarse sobre su actual situación, siento que sigo detenida en el tiempo y que los años no han pasado desde que cumplí 15 años.

La verdad, por más irónico que parezca, las mujeres de mi generación y otras cercanas, hemos vivido en carne propia todo tipo de novelas románticas que merecerían ser la trama central de cualquier novela rosa de corte mexicano, venezolano o brasilero. Y corriendo el riesgo de que me tachen de machista, insistiré en algo por lo cual mis amigas siempre me toman del pelo: salgo a la defensa de los hombres, porque definitivamente somos nosotras quienes los elegimos, los moldeamos, nos enamoramos de ellos y les permitimos que hagan y deshagan con nosotras. En resumen, tenemos lo que nos merecemos.

Después de 3 importantes relaciones en mi vida, las cuales marcaron de una manera muy especial mis recuerdos, puedo asegurar con toda tranquilidad, que sólo cuando comencé a valorarme y a mejorar mi autoestima, y a entender que nada es para siempre (a menos que convenzamos de ello al contrario), pude empezar una relación de pareja sana, consciente, productiva y ante todo, sin egoismos.

A la mayoría de nosotras nos convencieron desde pequeñas que el objetivo de toda mujer es lograr llevar a nuestro "príncipe azul" al altar, para construir a su lado una linda familia y tener un buen compañero al lado del cual envejecer. Primer craso error: niñas, el amor no se compra para toda la vida con una ceremonia religiosa, ya sea budista, católica, judía o cristiana. Y bajémonos de la nube, un hombre no querrá pasar el resto de la vida a nuestro lado y ver cómo crecen nuestras canas si no encuentra unos poderosos motivos, aparte del contrato firmado, para quedarse a nuestro lado.

Ante este primer error, seguimos cometiendo muchos, como convencernos de que podemos ser al mismo tiempo la mejor esposa, la mejor amante, la mejor mamá, la mejor amiga, la mejor ejecutiva, entre otras muchas mejores. !Es imposible! y no lo digo porque esa no sea nuestra aspiración o porque no estemos en la capacidad de lograrlo. Lo digo simplemente porque a pesar de todas nuestra inteligencia, logros, títulos, experiencia con el sexo opuesto y buenos sentimientos, cuando nos metemos en tantos roles, terminamos haciéndolos todos, sí, pero a medias.

Cada día me despierto con la intención de ser la mejor mamá, la mejor pareja, la mejor amiga, la más destacada de mi empresa, pero aprendí a hacerlo por tiempos, paso a paso, y como dicen mis alumnos y una antigua jefe: "cambiándome el chip antes de ejecutar cualquier acción".

Por eso, y luego de las lecciones duramente aprendidas, trabajo medio tiempo(mientras mi hija estudia, yo trabajo), al llegar a casa me convierto en la super ama de casa, me bajo de los tacones y me quito el maquillaje, cocino como los dioses y dejo la casa como una tacita de té. Mientras mi hija de 6 años hace las tareas del colegio, estudio los módulos de mi especialización o preparo las clases para mis alumnos universitarios y en la noche, cuando llega mi pareja, recuerdo todos los consejos de mi abuela y de las mamás de muchas de mis mejores amigas y me concentro en darle a ese ser tan adorado, toda la atención y los mimos que cualquier ama de casa que se respete, puede dar.

Así que termino el día rendida, pero contenta, le leo el cuento de la noche a mi hija y me voy a la cama a hablar de política, novelas, trabajo, desarrollos de software, empresas, chismes de los amigos, entre muchas otras cosas que aquí no vale la pena contar para no antojarlos.

Y enntonces, en medio de las sábanas, reafirmo mi teoría: podemos serlo todo: por favor, ante todo somos mujeres! pero solo cuando no tratamos de hacerlo al mismo tiempo, o cuando sacrificamos unos logros por otros, o cuando nos olvidamos de esa responsabilidad primera que adquirimos al aceptar traer un hijo al mundo: ante todo, mamás. Y no pierdan la esperanza, podemos seguir luchando mantener "hasta que la muerte nos separe" a nuestro príncipe azul. Sólo necesitamos ser más inteligentes para convencerlos de que somos nosotras las que estaremos con ellos toda la vida.

3 comentarios:

BrandG dijo...

Hola Isa . . . como siempre: me encanta lo que escribes. serìa bueno que en este blog colocaras algunas de esas poesìas que llevas en el alma y que con frecuencia dejas escapar.

Fabian Armando Holguin Macias dijo...

Hola Isabel. Por un momento me hiciste pensar en la mujer perfecta. Pienso que tu ensayo podría tener la versión masculina. Un fuerte abrazo. Fabian

cheko dijo...

lei su articulo. felicidades por esta definicion sobre la mujer, es sublime. ojala le sirva a muchas,en especial a mi esposa, a la cual amo.