miércoles, 18 de julio de 2007

Tristeza con sabor a chocolate

Adoro los postres, los dulces, los helados... hace días, con mi amiga, no resistimos la tentación de probar una tajada de pastel de chocolate, con helado de chocolate, ron con pasas y salsa de chocolate. Esa tarde compartimos calorías, soledades y tristezas pero, ante todo, un maravilloso sabor.

Cuando te deprimes, la dulzura de tu postre favorito alivia cualquier dolor. Aún no comprendo químicamente como sucede este milagro, pero en el fondo eso no es lo importante. El resultado de la combinación: amigo, helado, tristeza, aunque no lo crean, siempre es el mejor.

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