lunes, 10 de septiembre de 2007

Cuando el infinito se mezcla con lo mínimo...

Me enseñaste que el amor no tiene egoísmos y por eso no importa la hora, la tarea, el dolor, el trabajo, porque el estar acompañado en este momento por la persona que amas, hace que todo sea más fácil y hasta divertido.

Me enseñaste a no pensar en el mañana porque lo más importante es el presente y he aprendido a convivir con la idea de que, a parte de ser más sana esta actitud, te permite disfrutar a plenitud cada segundo, cada suspiro, cada beso.

He aprendido que compartir un paquete de papas fritas y una cerveza en la banca de un parque es tan delicioso y agradable como disfrutar el más suculento plato en un exclusivo restaurante.

He disfrutado al escuchar que lo que alguien siente alguien por ti, se puede plasmar en la más bella melodía, en la más tierna canción.

Has podido darme razones para sentir la piel de otra manera, el placer en otras dimensiones y el amor con un significado más real, más tangible.

He hablado contigo de los temas más diversos y he podido aprender y entregar mis opiniones sin miedo a reproches, sólo con el ánimo de llenarme de motivos para conocer cada vez más de las cosas tan absurdas o tan interesantes, tan banales o tan trascendentales que nos ocupan muchas veces.

He sentido que la risa, el miedo, la complicidad, el llanto, la impotencia ante lo que no se puede cambiar, la esperanza por lo que puede llegar, la depresión, hasta la infinita felicidad se viven a tu lado de una manera diferente, quizás hasta más manejable…de un modo que cada vez llena más mi día a día.

He entendido que para crecer como dos, pueden estar tres, cuatro, cinco o más llenando tus minutos, contagiándote con sus planes, con su esencia, con sus chistes (algunos más flojos que otros), sus discursos, su música, sus fantasmas y sobre todo sus sueños.

Te tengo presente en mis minutos y cada hora a tu lado, estando de acuerdo o no con lo que me dices, me han hecho entender que querer con el alma y con la razón sí es posible .Que el infinito se mezcla con lo mínimo y que el para siempre está a la vuelta del mañana.

Me has hecho mirarme, sentirme y reflejarme con otros ojos, le has dado cuerpo a muchos de mis sueños y solo espero que a lo largo del camino, haya puntos de encuentro entre mis sentires y los tuyos… porque lo que sientes me importa, lo que puedo darte me llena y lo que planeemos, así no lo creas, quizás goce de un 60 por ciento de posibilidades de realización.

Gracias por estar ahí, gracias por no estar cuando he tenido que estar sola, gracias por ser parte de mis sueños y al mismo tiempo compartir mis pesadillas, gracias por amarme tanto y por demostrarme con realidades que se puede querer, sin pensar en el mañana.

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